Para el tiempo y... ¡salta!
Eres un haz de electrones en un televisor a punto de apagarse. Atraído por el extraño fulgor que ves más allá del abismo, empiezas a moverte hacia él. Hay muchos obstáculos, pero... ¡puedes parar el tiempo!
El tiempo, en TimeStill, se para con la tecla Z, mientras que mover el punto luminoso se logra con las flechas de desplazamiento. ¿El objetivo? Alcanzar la meta, esa chispa que aguarda al otro lado de la pantalla. Parece fácil, pero no lo es.
En TimeStill, los reflejos son lo de menos: es necesario elegir los momentos correctos y congelar el tiempo para que el entorno -cambiante y peligroso- se amolde a tus necesidades. Las balas, por ejemplo, se convierten en oportunas plataformas.
Lo único que rompe el silencio de TimeStill son los zumbidos misteriosos que produces al saltar. En cuanto a los gráficos, los niveles están compuestos por variaciones cromáticas de los mismos polígonos; el de Timestill no es, desde luego, un paisaje agradable.
Estamos ante un juego difícil, hipnótico, distinto. Aunque TimeStill no consiga enganchar al jugador (por culpa, sobre todo, de su frialdad), tiene retos suficientes como para entretener un buen rato.
Opinión usuarios sobre TimeStill
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